La Polinesia Francesa se conforma de más de un centenar de islas y se encuentran separadas de tierra firme por miles de kilómetros de océano, siendo necesario realizar un vuelo que atraviesa el Atlántico y parte del Pacífico para llegar hasta ellas. Las islas de este territorio se agrupan en cinco archipiélagos: Sociedad, Marquesas, Tuamotu, Gambier y Austral.
Los vuelos llegan a la ciudad de Papeete, que es la más grande en Tahití, la isla con mayor superficie del conjunto. Las islas abarcan una amplia superficie en su conjunto pero solo hay alrededor de un cuarto de millón de habitantes repartidos entre todas ellas, estando aproximadamente la mitad en la capital. La mayoría de las islas apenas tiene personas o están deshabitadas.
Papeete cuanta con viviendas decoradas con vivos colores, las cuales se construyeron en la época del protectorado francés, entre los años 1842 y 1880. El Mercado Central se conserva desde la misma época y tiene puestos en los cuales podemos encontrar muchas de las frutas locales, como las papayas, limones, bananas, piñas y frutos del árbol del pan.
Hay una carretera que bordea la costa para salir de la ciudad, en la cual se puede apreciar el paisaje de esta hermosa isla. Moorea es una isla volcánica que se puede visitar en shuttle o transbordador. En ella encontramos iglesias y casas pescadores y agricultores espaciadas; en este lugar hay una gran belleza natural.
La isla de Raiatea está habitada por agricultores y pescadores, entre los cuales podemos conocer el estilo de vida polinesio en primera persona. Podemos ir en transbordador a Bora Bora, uno de los destinos más recomendables. Debido al coral que cierra la laguna de la isla del mar podemos disfrutar de un lugar apacible para observar el fondo marino y disfrutar de la naturaleza.
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