Hay regiones de Oceanía en las cuales las antiguas creencias ancestrales se mantienen de forma muy arraigada debido a que hasta hace pocos años no ha habido una influencia del mundo moderno de forma importante.
En muchas de las islas del Pacífico las tribus aborígenes han desarrollado creencias y cultos basados en mitos y en la caza con la intención de cohesionar los grupos de personas que conviven y comparten pertenencias y recursos en cada población.
En estas culturas el mundo de los sueños tiene una relevancia destacada, considerándole más perfecto y real que el estado de vigilia, por ello es habitual ver que las creencias de estas personas se basan en historias relacionadas con sueños y visiones, en la cuales se transmiten mensaje e historias de diversas características.
Entre los cultos de este estilo se tiene el aborigen australiano, que mantiene un peso significativo en la sociedad actual como medio para asegurar que las creencias ancestrales no se pierdan, a pesar de que la interpretación de sus mensajes en el mundo moderno es ambigua y muchas veces complicada.
En la región de Melanesia los diversos cultos tienen la misión de reforzar el estatus de los gobernantes de las poblaciones, siendo los rituales la manifestación más clara de este objetivo. En sitios como Hawai los gobernantes se consideraban deidades y en distintos lugares de la Melanesia los grupos de sacerdotes se consideraban nobles al tratar y aconsejar a los reyes.
En la isla de Papúa Nueva Guinea hay grupos de agricultores que apenas han tenido contacto con el mundo moderno y que, por lo tanto, mantienen sus creencias antiguas intactas, entre ellos se tienen a los baruya y a los tsembaga, entre otros.
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