Papúa Nueva Guinea no es precisamente unos de los países turísticos en los que podemos realizar un recorrido organizado al milímetro, lo habitual es que una vez en el país busquemos la forma de realizar las actividades y visitas que nos interesen. En caso de querer realizar un crucero tenemos que contactar con alguien que nos pueda proporcionar un barco, es posible que esa persona tenga también el combustible, de nos ser así hay que conseguirlo, así como las provisiones. En un viaje como este hay que cuidar cada detalle por separado de forma frecuente.
El visado para viajar por el país lo podemos obtener al llegar al país, en Port Moresby, donde se pueden obtener en unos mostradores por un valor aproximado de 25€, hay que pagarlo en la moneda local, las kinas, para lo cual hay que ir a cambiar de moneda primero.
Entre las vacunas necesarias tenemos la de la malaria, ya que las posibilidades de contraerla son altas. También se recomienda estar vacunado de la encefalitis Japonesa B, ya que no podemos evitar que nos piquen los mosquitos en este país es preciso estar vacunado para las enfermedades de mayor riesgo. Además, no hay que olvidar las vacunas más habituales, como son las del tifus, hepatitis, y otras, incluso la del cólera, si bien al tomar agua de procedencia conocida no es tan indispensable.
El alojamiento en las ciudades grandes cuesta entre 10 y 20 euros la noche, aproximadamente. Otra opción es la de alojarse con familias de la zona, las cuales, además, nos pueden hacer de guías turísticos, los precios son mucho más económicos. Sin embargo, hay que mencionar que se duerme en las mismas condiciones que las personas que nos alojan, es decir, posiblemente en el suelo y expuestos a la fauna local.
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